Afirma Savater (1997) que para ser hombre no basta con nacer, también
hay que aprender, y esto se refiere no solo al hecho de adquirir
conocimientos de carácter científico, también está relacionado con el
comportamiento, valores y actitudes; del mismo modo, la enseñanza no está
siempre a cargo de maestros y personas de mayor edad, la enseñanza la podemos
experimentar todos, incluso los más jóvenes, beneficiando así a una o a muchas
personas.
En la actualidad se privilegia
la enseñanza de los conocimientos, por ejemplo, en el nivel preescolar la
enseñanza del campo formativo de pensamiento matemático se prioriza frente a
los campos como el de desarrollo personal y social, se dedican más horas para
que un infante aprenda a sumar 2+2 que a ser respetuoso y responsable de sus
acciones. Si nos remontamos a los griegos, ahí la educación le daba una mayor
importancia a la enseñanza de valores y principios que a las destrezas técnicas
o teorías científicas, estamos viviendo una sociedad en donde cada vez se
evidencia más la falta de valores, quizá sería conveniente volver al pasado en
donde era más importante el aprendizaje de ellos que el de los conocimientos de
tipo disciplinario.
Por supuesto, la acción de
aprender requiere de un deseo en sí misma, si se quiere aprender se harán muchas
preguntas, se buscarán respuestas, y se formarán nuevos conocimientos, la
enseñanza pierde su valor casi de inmediato sin este deseo de aprender.
Por lo que una pieza fundamental de la enseñanza es el aprender a
aprender.
Pero… ¿En qué consiste la
enseñanza? ¿Qué enseñamos? Y ¿A quién o a quienes beneficia aquello que
enseñamos? ¿Debemos seguir enseñando lo mismo que nos enseñaron?
- Escobar, J. [John alfredo Escobar]. (2013, abril, 03). Teoría de la reproducción social. [Archivo de vídeo]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=2vWPsg14mYY
- Savater, F. (1997). El valor de educar. México: SNTE
Editado por: María Guadalupe Rivera Benítez
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